La batalla del vino de Haro tiene su origen en la posesión de la zona de los riscos de Bilibio. Para mantener la tradición, los vecinos de Haro deben acudir cada 29 de junio a los riscos de Bilibio. Aquí colocan en el punto más alto el pendón de la ciudad, como muestra de dominio. De modo que, de no repetirse esta tradición, la zona quedaría en manos de la vecina población de Miranda de Ebro.
¿Pero cómo nació la Batalla del Vino de Haro propiamente dicha? Dice la tradición que un parroquiano refrescó a su vecino de mesa con su bota de vino. Este gesto gustó al resto de asistentes y el vino empezó a volar por la sala. Como resultado final nació la fiesta del vino, que en 2011 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
LA BATALLA DEL VINO DE HARO COMENZÓ CUANDO UN PARROQUIANO REFRESCÓ A UN VECINO CON SU BOTA DE VINO
La batalla del vino consiste en manchar al contrincante. Si eres de los que no se pierde una fiesta y menos si hay gastronomía de por medio, te contamos las reglas básicas de la batalla:
- La indumentaria siempre es la misma. Vestir de blanco y llevar contigo un pañuelo de color rojo, muy representativo de las fiestas tradicionales.
- Lograr ser el primero en manchar de vino al vecino.
- Durante la batalla se acepta la utilización de ciertas “armas”, como botas, botellas (las de vidrio no están permitidas), sulfatadoras, calderos, pistolas de agua y cualquier otro recipiente que pueda contener líquido.
- Si visualizas a alguien que está más limpio de lo habitual, ese debe ser tu objetivo prioritario.
- Una vez que los participantes se sientan a comer caracoles o chuletillas al sarmiento, se dará por finalizada la batalla.
Por último, y después de la batalla, la Plaza de Paz, situada al lado del ayuntamiento de la localidad de Haro, es ocupada con varios bailes tradicionales.
Podéis consultar más información sobre esta fiesta justo aquí.
Fotografía 1: publicación
Vídeo: La Rioja Turismo