Slow Food Barcelona es una asociación sin ánimo de lucro, independiente y sin inclinación política. Está configurada por un grupo heterogéneo de personas que abarcan diferentes competencias relacionadas con los alimentos: productores artesanales, agricultores, pescadores, panaderos, agrónomos, cocineros… Es un movimiento a nivel mundial que ha conseguido establecerse en Catalunya.
¿CÓMO NACE SLOW FOOD BARCELONA?
En Barcelona existe la asociación Slow Food Barcelona Vázquez Montalbán desde el 2005, y ha querido trasladar a la capital catalana la filosofía de Slow Food Internacional, un movimiento mundial presente en 160 países, fundada 1989. Su objetivo es prevenir la desaparición de culturas y tradiciones alimentarias locales, para contrarrestar el auge de los ritmos de vida acelerados y combatir el desinterés general sobre los alimentos que se consumen, su procedencia y la forma en la que nuestras decisiones alimentarias afectan el mundo que nos rodea.
¿CUÁLES SON LOS ASPECTOS QUE PROMOVÉIS EN LA ASOCIACIÓN?
Queremos transmitir conceptos como el de la calidad del producto y lo que queremos potenciar es el disfrute de lo que comemos.
La sostenibilidad se refiere a la ecología y es otra de las líneas de nuestro trabajo: los alimentos no deben llevar contaminantes, deben ser lo más naturales posible, pero también deben contaminar lo mínimo. Por eso para nosotros un concepto fundamental es la proximidad, ya que en nuestro entorno tenemos productos y productores de primera calidad, y trabajar con estos productores también significa trabajar la justicia social, para que dichos productores puedan ganarse un sueldo digno.
¿QUÉ SIGNIFICA “CONSUMO RESPONSABLE”?
Para hablar de consumo responsable hay que tener en cuenta el origen y la composición de los productos, las condiciones de elaboración, el respeto por el medioambiente, la estacionalidad y la calidad, en el sentido de poder consumir el producto fresco, de temporada, con las propiedades nutritivas y organolépticas mejores.
En este sentido, el tema de la proximidad es fundamental. Luchamos por tener acceso a la información del producto, su origen, como se ha elaborado, los canales que ha seguido, etc., así como las sinergias entre el productor y el consumidor, cuyo mejor ejemplo, es el Mercat de la Terra semanal que organizamos en el Parc de les Tres Xemeneies de Poble Sec.
¿CÓMO PLANTEÁIS VUESTRA ESTRATEGIA A LA HORA DE CONSEGUIR PRODUCTOS ECOLÓGICOS?
Más que estrategia, en su día pasamos directamente a la acción, cogiendo la referencia de los Mercatos della Terra de Slow Food Italia, que tienen como objetivo crear una red de venta de proximidad de alimentos de calidad ofrecidos y producidos por agricultores, ganaderos, pescadores…
El objetivo principal de Slow Food Barcelona era conseguir crear un Mercat de la Terra permanente y regular. La idea era que fuese reproducible en la mayoría de barrios: la oportunidad llegó en junio de 2015 en el Parc de les Tres Xemeneies de Barcelona, que ha ido consolidándose con los años.
Actualmente es una referencia de los Farmer’s Markets en Cataluña, siguiendo el modelo implantado en Italia y es un proyecto que reúne cientos de personas que disfrutan también de diferentes actividades lúdicas y gastronómicas. En diciembre de 2018, arrancó un segundo Mercado de la Tierra en Barcelona, situado en el barrio de Horta, que aún está en fase de pruebas, pero que ha tenido una gran acogida de público.
A LO LARGO DE LOS ÚLTIMOS AÑOS SE HAN INCREMENTADO EL NÚMERO DE DIABÉTICOS Y CELÍACOS. ¿CUÁL ES EL PAPEL QUE JUEGA LA ALIMENTACIÓN EN ESTE PUNTO?
Nuestro bienestar físico está muy relacionado con una alimentación saludable. Comer productos frescos y de temporada puede ser una experiencia también gratificante –nos gusta incidir en la educación del gusto –, ya que además de ser uno de los principales determinantes de la salud, constituye un pilar para una buena calidad de vida. Una buena alimentación es un factor esencial que previene la aparición de enfermedades como los que comentas de la diabetes o la celiaquía.
¿CÓMO PODEMOS REIMPULSAR LA GASTRONOMÍA TRADICIONAL?
De hecho, ya se está reimpulsando, hay una cierta tendencia en la alimentación a comprar alimentos más sanos, y volvemos un poco a lo que hacían nuestros abuelos. Muchos cocineros están reactualizando esa cocina tradicional, donde el producto es el protagonista.
Es importante darle el protagonismo a agricultores y ganaderos, que están ayudando a rescatar sabores, tradiciones y parte del pasado de nuestra cultura alimentaria. De hecho, los esfuerzos por rescatar las tradiciones alimentarias y sus alimentos han propiciado acciones como las que se llevan a cabo desde el «Arca del Gusto», impulsadas por Slow Food Internacional, fomentando esta cocina local y empujando a un nuevo modelo de agricultura menos agresivo y lejos de los cultivos intensivos.
¿ES LA AGROECOLOGÍA EL FUTURO DE LA ALIMENTACIÓN?
Sin duda alguna. Si no paramos la industria alimentaria, esta seguirá rompiendo los ciclos biológicos y la conexión con los agricultores. Como consecuencia, nos separará de nuestra cultura agraria y alimentaria.¿Qué sería de la cultura catalana sin la cocina y dieta mediterráneas? Claramente nos faltaría algo.