Cataluña esconde detrás una historia milenaria hecha de una cultura y una lengua propia. El clima suave y mediterráneo junto con su riqueza natural contribuyen al desarrollo de la cocina catalana. Destaca por ser fruto de su herencia cultural romana y griega e influenciada por la gastronomía italiana y francesa. Por ese motivo se ha convertido en una cocina de fusión, donde priman los productos autóctonos y de gran calidad.
La gastronomía es uno de sus principales atractivos y la oferta gastronómica es muy amplia, con miles de restaurantes a su alrededor, cultura de bares por excelencia.
Existen muchas clases de platos, de temporada, de montaña o de mar, pero hoy os traemos los “top 6” de los platos más típicos, que sea la época que sea, los podréis encontrar en Cataluña. ¡Preparad vuestras papilas gustativas porqué empezamos!
PAN CON TOMATE (PA AMB TOMÀQUET)
El pan con tomate es el plato más tradicional en Cataluña y a la vez el más sencillo de elaborar. Para todos los que no lo hayáis probado, puede parecer a primera vista un plato muy simple, pero es una de las tapas más demandadas por los catalanes y por los turistas. Para elaborarlo solo hace falta cortar el tomate por la mitad y frotarlo por encima del pan. Una vez finalizado, se le añade por encima un poco de aceite y sal. ¡Y listo! Es muy importante el tipo de pan que se elija. Entre los más sabrosos está el pan de coca. Normalmente se suele añadir de acompañamiento embutidos como el jamón o el fuet, también muy típico de Cataluña.
BIKINI
¡Y continuamos con el pan!. El bikini no es más que un bocadillo hecho con pan de molde con jamón York y queso pasado por la plancha. Lo que en España se denomina “mixto”. ¿Y entonces porqué le llaman Bikini?. Lo curioso del caso es que el nombre “Bikini” no se llama igual que el bañador femenino de dos piezas porqué esté compuesto por jamón y queso o porqué se suela cortar en dos piezas. Su nombre procede de una discoteca muy conocida de Barcelona llamada Bikini. Una de las peculiaridades de esta sala de baile era que se solían servir el bocadillo de la casa, de nombre homónimo. Tanto el local como el bocadillo cogieron fama en la ciudad, y la gente empezó a pedir un Bikini en los bares de Barcelona y finalmente por toda Cataluña.
CARACOLES A LA LLAUNA
Nos desplazamos hasta Lleida para probar uno de los platos más típicos: los caracoles a la llauna. Gran número de turistas suele ir a degustar este exquisito y extraño plato. La palabra “llauna” hace referencia al bol donde se sirven los caracoles, y van acompañados de salsa alioli, romesco y salsa picante. ¡Están riquísimos! En la gran mayoría de bares de Cataluña los podrás encontrar. ¿Te animas? También existe una fiesta alrededor de este plato denominada de Interés Turístico Nacional: Aplec del Caragol.
CREMA CATALANA
La crema catalana es uno de los postres más típicos catalanes, y de la cocina europea en general. Se trata de una crema pastelera hecha con base de yema de huevo. Normalmente suele ir cubierto por una fina capa de azúcar caramelizado aportándole un contraste crujiente y sabroso. Un postre muy fácil de elaborar y que seguro hará las delicias de los pequeños de la casa y de los mayores.
ESCAIXADA DE BACALAO
El nombre esqueixada proviene del verbo “esqueixar” en catalán que significa desgarrar. Así, la esqueixada de bacalao se prepara desalando el bacalao. Una vez hecho el primer paso, se va desmingando poco a poco el pescado con la ayuda de las manos. También se le añade cebolla, pimiento rojo y verde y tomate, todo cortado a trocitos. ¡Con un chorrito de aceite de oliva y de vinagre de manzana lo tienes listo!
CALÇOTS
Los calçots son una especie de cebolla alargada y es muy típica comerla en invierno en Cataluña. Estas cebollas se asan a llama viva. Justo debajo de la piel, quemada por el fuego, se esconde el secreto: ¡el sabor de un exquisito calçot! Y es que no solo consiste en comer cebollas. Los catalanes aprovechan para reunirse con familiares y amigos y hacen una “calçotada”, nombre que recibe este encuentro gastronómico. Para hacer una buena calçotada hacen falta tres requisitos: ponerse un babero (para no mancharse), mojar el calçot en salsa romesco y finalmente comerlo con las manos.
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Fotografía 3: El gourmet catalo
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